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domingo, julio 13, 2008


Veles e vents han mos desigs complir
faent camins dubtosos per la mar.
Mestre i ponent contra d’ells veig armar:
xaloc, llevant los deuen subvenir,
ab llurs amics lo grec e lo migjorn,
fent humils precs al vent tremuntanal
que en son bufar los sia parcial
e que tots cinc complesquen mon retorn.

Yo no soy amante de ninguna dama, ni el “pus extrem amador”, pero también espero que las velas y los vientos cumplan mis deseos. Cuando Ausiàs March escribió este poema supongo que no pensaba que algún día le daría nombre a uno de los edificios más representativos de la Valencia de Rita Barberà (y, todo sea dicho, uno de los más bonitos). Es más, cuando ví este edificio por primera vez (en el verano de 2006), yo todavía no había puesto en marcha Apoya a Pampló ni mucho menos pensaba que algún día celebraría una fiesta allí.

Ahora, cinco días antes de relanzar Apoya a Pampló con una fiesta en la Terraza del edificio Veles e Vents, encuentro unas cuantas semejanzas entre el amante de que habla Ausiàs March y mi situación. Tengo un deseo por el que lucho desde hace bastante tiempo y que no depende solo de mí que se cumpla. Es un gran reto, porque ahora estoy más cerca que nunca, pero también más lejos. Es difícil, pero cuento con mis vientos, que son todas las personas que forman Apoya a Pampló y su empujón que da impulso a las velas. Estas semanas que faltan de julio serán muy importantes y, si los vientos soplan con bastante fuerza, posiblemente podré cumplir con mi retorno particular.

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