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sábado, noviembre 25, 2006

El valor de la derrota

Hace unos días me puse a ojear la revista que dan los domingos con el periódico Las Provincias y me encontré con el título de una columna que me pareció interesante: ‘Patriotismo y deporte’, escrito por Juan Manuel de Prada. Habitualmente los artículos de opinión de los colaboradores de revistas y periódicos me aburren, pero en este caso me pareció que valdría la pena dedicar unos minutos a la lectura de la susodicha columna.

La verdad es que desconfiaba un poco del artículo, porque desde luego su autor no parece un gran aficionado al deporte, así que esperaba encontrar una crítica bastante dura al deporte en general. He de reconocer que de Prada es crítico, pero me parece que en este caso lo es en su justa medida, aunque le discutiría algunas de las cosas que dice. Básicamente, toca cuatro temas: la afinidad con los deportistas de tu país, el tremendo auge por un deporte cuando destaca algún deportista del país, la discusión sobre si automovilismo es o no un deporte y, por último, el comportamiento de Alonso como personaje público. Los dos primeros temas son muy importantes para el deporte y el tercero es fundamental para el automovilismo, así que se puede hablar mucho sobre ellos.

Pero a mi me gustaría comentar algo que dice de Prada y que creo que es muy interesante: ‘la grandeza de un deportista no se mide tan sólo por la magnitud de sus triunfos, sino también (y sobre todo) por su grandeza en la derrota, por su magnanimidad ante el adversario...’. Supongo que todos estamos de acuerdo en una cosa evidente: si hay un ganador, es porque otro es el perdedor. Así que en el deporte la figura del ganador parece la más importante, pero su importancia se valora por la derrota del resto de participantes. Y esto es en lo que Juan Manuel De Prada tiene razón: lo que hace más grande a un ganador no es la victoria en sí, sino como consigue esa victoria. Y a su vez, cuanto mayor es el valor de la victoria, también lo es el de la derrota. Pero por desgracia, con demasiada frecuencia muchos deportistas, espectadores y periodistas olvidan algo tan importante como esto. Un ejemplo práctico y reciente para ilustrar esta idea es el siguiente: mucha gente recordará el título de Fernando Alonso en 2006 por haber sido el año en que ganó a Michael Schumacher, pero posiblemente más gente recordará con admiración que 2006 fue el año en que Schumacher perdió su octavo título un ocho de octubre en el circuito japonés de Suzuka.

Así que aunque tanto Schumacher como Alonso han hecho bastantes cosas que no corresponden con el comportamiento del deportista ideal, no me cabe la menor duda que Schumacher ha sido un gran piloto y uno de los más grandes del deporte, y tampoco dudo que Alonso también lo es y, lo que es más importante, todavía lo será más en el futuro.

jueves, noviembre 02, 2006

Mi primera competición europea


El fin de semana pasado participé en la última prueba de la Formula Renault Eurocup. Era una carrera que no teniamos prevista hacer, pero la semana anterior a la cita de Valencia, Mariano Molina, el manager de mi equipo me comentó la posibilidad de participar. Desde el primer momento me hizo ilusión la idea, no solo por el hecho de hacer una carrera más, sino por tratarse de la Eurocup. De entrada, el monoplaza es bastante diferente al F3, ya que tiene unos 20 CV menos de potencia y sobre todo mucho menos agarre, pero lo más atractivo de la categoría es la extrema igualdad que hay en la pista, ya que suelen haber unos veinte pilotos en una diferencia de tiempo de un segundo. Por último, el hecho que me hacía mucha ilusión era participar por primera vez en mi carrera deportiva en una competición europea, ya que hasta el momento todos los campeonatos que había disputado eran nacionales o regionales. Así que el jueves 26 salí para Montmeló en cuanto acabé una práctica de matemáticas que tenía de 10 a 12. Al llegar al circuito tuve bastante faena: dar una vuelta andando al trazado, estudiar la telemetría, hacer el asiento (ya os contaré como se hacen los asientos)... El viernes por la mañana teníamos tan solo dos sesiones de entrenamientos de media hora cada una, pero se me quedó en tan solo media ya que perdimos casi toda la primera sesión por un problema en el circuito de refrigeración del motor. Así que llegué a los cronos con muy pocos kilómetros y, como era previsible, mi compañero de equipo Aleix Alcaraz y yo ocupamos la última fila en la salida. Arranqué bien, pero vuelta tras vuelta me resultó cada vez más difícil conducir el coche hasta que decidí retirarme ya que llegó al punto de ser prácticamente inconducible. Para el domingo trabajé mucho con mi ingeniero, Alex, para corregir los problemas con el coche y adaptar mi pilotaje al Formula Renault. El trabajo dió sus frutos y la carrera fue bien, ya que la acabé y además mejoré mi rendimiento vuelta a vuelta. Cuando volví a Valencia había algunas cosas de las que estaba muy seguro: el Formula Renault es un coche difícil de llevar al límite, la Eurocup es una campeonato duro y, a nivel más personal, participar en un campeonato internacional tiene algo especial. Ahora bien, había otra cosa de la que no estaba tan seguro: en qué campeonato será mejor participar en 2007, ¿Eurocup o F3?